Lucas 17:17 ¿Acaso no quedaron limpios los diez? preguntó Jesús. ¿Dónde están los otros nueve?
Esa pregunta quizás habremos muchos que aún
no se la hemos respondido a Dios, esta historia de los 10 leprosos tal vez sea
la de muchos cristianos hoy en día te preguntarás. ¿Por qué? Como punto 1 porque siempre somos mal agradecidos. 2 porque no somos cristianos de
compromiso.
En los tiempos de Jesús los leprosos debían
someterse a una ley espiritual acerca de la lepra dada por el mismo Dios por medio de Moisés que vivió
muchos años antes que Jesús viniera a la tierra, la lepra era
una enfermedad que provocaba llagas en la piel. (Levíticos 13)
El leproso generalmente perdía todos sus
derechos a desarrollarse socialmente, ya que era declarado inmundo debía
mantenerse a la distancia de los demás, esto le impedía relacionarse de
cualquier forma con los demás, ni con su familia, incluso si de repente había una
corriente de viento y había un leproso, las personas se alejaban porque creían
que en ese viento podía venir la contaminación e infectarse de la enfermedad.
Los leprosos en esta ocasión le gritan al
Señor de lejos pidiéndole que les sane, el Señor les manda a que se presenten
donde el sacerdote, los leprosos hacen así y al llegar donde el sacerdote ya
eran sanos. Todo ocurrió mientras iban en el camino; este fue un acto de fe
impresionante pero ese tema no lo abordare en esta ocasión.
La ley decía que el que declaraba leprosa a
una persona era un sacerdote, para esto el leproso se presentaba ante él y después
de examinarlo se hacía la declaración y quedaba de conocimiento de todos, de
manera que lo que Jesús hizo fue sanarlos y que los viera el sacerdote para que
fueran declarados sanos y volvieran a sus actividades cotidianas.
Después de todo este acontecimiento de los
10 leprosos solo 1 regresa donde Jesús a dar gracias y es aquí donde el Señor
pregunta. ¿Dónde están los otros 9?
El cristiano de hoy en día sabe que es
salvo por la gracia de Dios, es decir de manera gratuita solo por la obra que él
hizo, al cristiano solo le corresponde aceptar ese regalo y creerlo. Entonces la
persona viene de una vida apartada de Dios y al venir a él se encuentra con
esta gracia maravillosa y luego se va feliz que ya tiene lo que le da la
seguridad de amor de parte de Dios y su boleto al cielo y de pronto ya no
vuelve.
La biblia es clara al decir que somos
salvos por gracia, pero la gratitud se demuestra con obras, que mejor manera de
agradecerle a Dios que sirviéndole y trabajando para él, y ese fue el caso de
los 9 leprosos y ese es el caso de la mayoría de cristianos de hoy en día, se
conforman con decir que son cristianos porque asisten a un culto y quizás ni leen
su biblia durante la semana, su comunión es corta y poca, tal vez algunos hacen más
y escuchan alabanzas, otros tal vez castiguen al pecado en ellos y no lo
complacen, y otros aún peor son cristianos "carnales" lo cual es una contradicción.
De esta forma el cristiano NO HACE NADA POR
DIOS vive de manera liviana sin compromiso. Pero si profesan un cristianismo
que está muy lejos de ser un amor puro y apasionado por Dios, el apóstol Pablo
dijo algo sobre el servicio que debemos ofrecer a Dios.
1 Corintios 3:10 Según la gracia que Dios me ha dado, yo, como
maestro constructor, eché los cimientos, y otro construye sobre ellos. Pero
cada uno tenga cuidado de cómo construye.
Lo que el Apóstol trata de decirnos es que
hay un fundamento que para el Evangelio es Cristo, a partir de allí como en toda
construcción se debe levantar muros, él le llama sobreedificar. Pero enfatiza que
se debe hacer con cuidado porque lo que allí se construye lleva el nombre de
Dios y es para él, las preguntas serían. ¿Hoy que soy cristiano que estoy haciendo para la edificación de la iglesia? ¿De qué manera me esfuerzo por
hacerlo de la mejor manera? debido a que se debe escoger el mejor material para
una construcción. ¿De qué manera me esfuerzo por obtener ese material de alta
calidad? y es acá donde el cristiano debe emprender una labor en el mismo de
crecimiento espiritual que solo viene a través de una comunión sólida con Dios, es decir debe de estudiar las Escrituras, asistir a la iglesia, tener una vida de
mucha oración, ser bendecido a través de la sana sabiduría de otros, y todo esto
lo hará crecer y lo que comience a sobreedificar será fuerte y sano y conforme
al deseo de Dios.
Entonces tu agradecimiento al Señor se manifiesta en obras, o a lo que Juan el bautista decía "frutos dignos de
arrepentimiento" de manera que cualquier proceder diferente a esto se debería
cuestionar y la persona que manifiesta un cristianismo así debería de
asegurarse si en verdad ha sido nacido de nuevo o en otras palabras si es
realmente hijo de Dios.
Efesios 2:10 Porque somos hechura de Dios,
creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano
a fin de que las pongamos en práctica.
La palabra de Dios en ese versículo afirma
que Dios dispuso de antemano esas buenas obras para que las pongamos en práctica, de manera que no es según mi forma de pensar como yo debo mostrar
agradecimiento a Dios. Sino que ya él mismo lo ha dejado claro, así el cristiano
verdadero es salvo por gracia, pero agradecido mostrando frutos para el Señor
obrando para el.
La gracia es algo que impacta no solo se
recibe y ni se nota sino todo lo contrario, como cuando al agua le agregas café, el agua se transforma en otro color, sabor y olor, así es la gracia de Dios en el
que la recibe; no es una gracia de palabra sino algo que impacta y que se ven
los frutos de ella el verdadero cristiano. Es una persona que busca cada día
crecer en el Señor, imitarlo y busca ser distinguido no en el aspecto vanidoso
si no para marcar diferencia y el mismo ser una vitrina que atraiga a Dios a
las demás personas a través de su ejemplo de vida.
Tito 2:11 Porque la gracia de Dios se ha
manifestado para salvación a todos los hombres, 12 enseñándonos que,
renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo
sobria, justa y piadosamente.
Si quieres medir tu cristianismo esa es la
medida, la gracia me salva, luego me enseña que debo renunciar a lo malo, al
pecado y a los deseos del mundo y que de ahora en adelante viva de manera justa
y piadosa, viva para el Señor honrándole siempre.
Sigamos el ejemplo del leproso agradecido, el que volvió luego de ser sanado, y no seamos como los otros 9 que solo
buscaron al Señor por interés y luego de haber recibido su deseo jamás
volvieron y nunca le agradecieron.
Salvos por gracia pero agradecidos haciendo
obras para el Señor.
Efesios 2:8 Porque por gracia ustedes han
sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo
de Dios.
Dios les bendiga...
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