Probablemente
seas como yo cuando ves la vida de alguien a quien admiras muchísimo y te
preguntas. ¿Cómo hace? ¿Por qué todo le sale bien? ¿Cuál es la diferencia?
Seguramente tratas de responderte cada pregunta y la única conclusión es: “Es
una de esas personas que traen estrella” “es un favorecido de la vida” etc.
Y
si nos preguntamos ¿Qué tal si no siempre fue así? Se me viene un personaje a la mente el apóstol Pablo ¿Lo
conoces? ¿Has oído sobre él? Muchos dirán ¡Claro que sí sé quién es! Otros dirán
¡no sé quién es! El primer relato que encontramos del apóstol Pablo es en el
libro de Hechos.
Hechos 9:1 Mientras tanto, Saulo,
respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó
al sumo sacerdote 2 y le pidió cartas de extradición para las sinagogas de
Damasco. Tenía la intención de encontrar y llevarse presos a Jerusalén a todos
los que pertenecieran al Camino, fueran hombres o mujeres.
¿Te
suena extraño? ¿Apóstol respirando amenazas de muerte contra los cristianos?
Imagino tu rostro diciéndome ¡explícame! A lo que respondo ¡con todo gusto! El título
de esa porción de la Biblia se llama “Conversión de Saulo.” Pablo lleno de
religiosidad como todo hombre que quiere pagar su auto salvación haciendo
“obras,” creyó que el camino que emprendía en ese momento era del beneplácito
de Dios, sin embargo ese día de un minuto a otro cambió todo.
Hechos 9:3 En el viaje sucedió que, al acercarse a
Damasco, una luz del cielo relampagueó de repente a su alrededor. 4 Él cayó al suelo
y oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? 5 ¿Quién eres,
Señor? preguntó. Yo soy Jesús, a quien tú persigues le contestó la voz. 6
Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer.
“Sucedió”
“de repente” “cayó” “oyó” “preguntó” palabras claves. La vida de Pablo o Saulo
hasta ese momento, aquel con deseos de muerte para su prójimo hoy lo vemos en
el suelo, su pregunta fue hecha con respeto. ¿Quién eres Señor? En resumen.
Pablo vio la luz de Dios, oyó la voz de Dios, obedeció la voz de Dios, desde
ese momento Pablo nunca fue el mismo, su legado fueron 13 cartas del nuevo
testamento, en un tiempo donde no había imprenta, ni hojas como las que tú y yo
usamos, se escribía en cuero de animales y corteza de árboles llamadas papiros
y con una mezcla de resina ocupada como tinta, fue fundador de muchas iglesias
y padre espiritual de muchos hombres de Dios ¿Dónde quedó el asesino? Dios lo
convirtió, una definición de “convertir” en el diccionario dice: Cambiar o
transformar una cosa en otra distinta” eso fue lo que sucedió.
2º Corintios 11:23 “He trabajado más
arduamente, he sido encarcelado más veces, he recibido los azotes más severos,
he estado en peligro de muerte repetidas veces.” 24 Cinco veces recibí de los
judíos los treinta y nueve azotes. 25 Tres veces me golpearon con varas, una
vez me apedrearon, tres veces naufragué, y pasé un día y una noche como
náufrago en alta mar. 26 Mi vida ha sido un continuo ir y venir de un sitio a
otro; en peligros de ríos, peligros de bandidos, peligros de parte de mis
compatriotas, peligros a manos de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros
en el campo, peligros en el mar y peligros de parte de falsos hermanos. 27 He
pasado muchos trabajos y fatigas, y muchas veces me he quedado sin dormir; he
sufrido hambre y sed, y muchas veces me he quedado en ayunas; he sufrido frío y
desnudez.
Ese
fue el resultado de la conversión que Dios hizo en Pablo, volvamos al inicio. Te
recuerdas de la pregunta que nos hacemos sobre qué tienen de diferentes estos hombres a quienes admiramos, acabas de ser testigo de lo que sucede en la vida de quienes
hoy admiramos, no todo fue fácil.
Antes
de terminar regálame un momento más tu atención ¿Qué tiene que ver esto con el título
de este tema? “PERO DIOS…” tal vez tu no seas, ni hayas sido, un asesino, un ladrón,
o hayas cometido cualquier acto despreciable. Piensas que por eso tu conversión
no tuvo impacto, permíteme aclararte que no existe diferencia entre la
conversión de Pablo, ni la nuestra.
Efesios 2:1 En otro tiempo ustedes
estaban muertos en sus transgresiones y pecados.
Romanos 3:10 Así está escrito: «No hay
un solo justo, ni siquiera uno
Romanos 6:23 Porque la paga del pecado
es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús,
nuestro Señor.
Eso
éramos.
“PERO
DIOS…”
Efesios 2:5 nos dio vida con Cristo,
aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados!
Efesios 2:8 Porque por gracia ustedes
han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el
regalo de Dios.
Colosenses 1:13 Él nos libró del
dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo, 14 en quien
tenemos redención, el perdón de pecados.
“PERO
DIOS…” Que es rico en misericordia. Lo único que demuestran estos versículos es
que antes que Dios llegue a la vida del hombre, el género humano está: “Muerto
en delitos y pecados” no importa la edad, ni la posición social, ni la creencia
religiosa, ni la profesión, etc. la regla es pareja, sin embargo. “PERO DIOS…”
un día llego a tu vida con misericordia, así como la conversión de Pablo fue
dramática la de todo ser humano es igual, no hay diferencia. Dios no tiene
favoritos, nos ama a todos y nos ve a todos por igual, no dudes, si obedeces
los mandatos de Dios puedes ser usado por Él cómo los hombres que hoy admiras.
Que
sea Dios quien ponga en ti la sensibilidad a su palabra y el deseo de ser usado
para su honra y gloria, recuerda que para poder estar a la altura de los
hombres valientes de la Biblia debes iniciar con la obediencia a Dios.
Nada
de lo antes mencionado podrá ser real si no has recibido a Cristo como tu Señor
y Salvador Personal.
Romanos 10:9 que si confiesas con tu
boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre
los muertos, serás salvo.
¡Gloria a Dios!
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