JESÚS PUEDE TRANSFORMAR TU VIDA

Marcos 5:17 Entonces la gente comenzó a suplicarle a Jesús que se fuera de la región. 18 Mientras subía Jesús a la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le permitiera acompañarlo. 19 Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los de tu familia, y diles todo lo que el Señor ha hecho por ti y cómo te ha tenido compasión. 20 Así que el hombre se fue y se puso a proclamar en Decápolis lo mucho que Jesús había hecho por él. Y toda la gente se quedó asombrada.

Hubo un hombre que estaba endemoniado, como lo hemos leído en el versículo que da inicio a este tema, esto ocurrió en Gerasa en la región de Decapolis. Jesús llegó al lugar y libero al endemoniado; cuando los demonios salieron del hombre fueron y se metieron en una manada de cerdos, estos cerdos enloquecidos con la influencia diabólica que había en ellos corrieron al acantilado se tiraron a lo profundo y murieron hechos pedazos. Esto asustó a las personas que se conmovieron y salieron corriendo para ver que sucedía cuando llegaron encontraron al hombre endemoniado que ya no lo estaba, lo vieron vestido y ya no reflejaba los síntomas que antes mostraba, estaba tranquilo, escuchando las enseñanzas que Jesús impartía. Entonces los vecinos de Gerasa se llenaron de miedo y su preocupación era que si con solo la llegada de Jesús murieron miles de cerdos que no ocurriría si él seguía entrando más a la región, por eso leímos que la gente le pidió que se fuera de la nación.

Jesús es de los que desea que las cosas salgan del corazón de las personas y no por obligación, por eso decide irse, porque no iba a estar donde no querían que estuviera, pero cuando estaba por entrar en la barca el que fue sanado le pidió que quería ir con él, estaba agradecido, pero lo extraño es que Jesús no se lo permitió le dijo: Vete a tu casa, a los de tu familia y diles todo lo que el Señor ha hecho, Jesús no permitió que el que había estado endemoniado se fuera con él y la razón es que a Jesús no le estaban permitiendo entrar a Gerasa lo echaron de allí; pero el que si se quedaba era el hombre que había estado endemoniado, él era de allí por eso no lo podían echar, allí estaba su familia, su gente y lo más importante es que él era el que había estado endemoniado, era libre, ahora estaba bien. Los vecinos le impidieron al que hizo el milagro que se quedara pero no pudieron impedir que al que había recibido el milagro se quedara, el que hizo el milagro se fue pero el milagro hecho se quedó. Dondequiera que este hombre iba lo conocían, sabían que era el que había estado endemoniado, desnudo, hiriéndose con las rocas como lo narran las Escrituras. Pero hoy era sano y donde quiera que estaba su presencia, su cordura, hablarían sobre lo que había sucedido y lógicamente la gente se lo preguntaría, el relataba lo sucedido por eso en el versículo 20 se relata lo que el hombre hacía hoy y como la gente lo recibía ese mensaje, estas personas recibieron el testimonio de lo que Jesús era, sobre la autoridad que Jesús tenía sobre los espíritus inmundos, tenían el testimonio del poder de Jesús.

Esa historia era impactante; pero era impactante porque la contaba el mismo que había estado endemoniado, eso transformó las condiciones en que se vivía dentro de esa región de Decapolis, cuando llegó el día en que Jesús ascendió a los cielos, él sabía que se iba ir y se los dijo a los discípulos antes que sucediera pero también afirma que la labor que ellos hicieran después fortalecería a los demás como se lo dice a Pedro en este pasaje a continuación. 

Lucas 22:31 »Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido zarandearlos a ustedes como si fueran trigo. 32 Pero yo he orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos. 

“El hijo del hombre será entregado” era importante que los discípulos aprendieran porque eran ellos los que se quedarían después que Jesús fuera muerto, el anunciaba que eran ellos los que tenían que continuar la obra, Jesús se fue. Ya pasaron más de 2 mil años y ahora nosotros hemos quedado, y a nosotros Jesús nos dice: Ve a tu casa, a tu familia, a los tuyos y cuéntales todo lo que el Señor ha hecho por ti, como ha tenido compasión de ti; porque los que van a contar son los instrumentos que Dios utiliza para transformar, para cambiar, para que las cosas sean diferentes la transformación la producen los que fueron transformados por Cristo, por eso Jesús no le permitió al hombre lo cómodo o lo que hubiera sido bonito, que el que estuvo endemoniado se fuera con él y viera los milagros; pero eso ¿de que serviría? En cambio si el hombre se quedaba para testificar, él sería un testimonio. Por eso Jesús le dijo: Tú no vas quédate y testifica, el hombre lo hizo y por eso la gente se asombraba porque daba testimonio del poder que Jesús tenía para transformar las cosas.

 Ese mismo poder él te lo dio a ti, si la palabra de Dios ha llegado a tu vida, si la mano de Jesús ha tocado tu corazón, si el favor de Dios se ha derramado sobre ti, lo que debes hacer es ir, contar, testificar lo bueno que el Señor hizo contigo, ve a los tuyos, a las colonias, a las vecindades y cuenta; porque cuando lo hagas entonces como en Decapolis la gente quedara asombrada, si uno se pregunta si un creyente es capaz de transformar una familia, un vecindario, una ciudad o el mundo ¿Qué responderemos a eso? porque sabemos que hablamos de personas normales es decir, tu y yo. Algunos se dan por vencidos pronto y dicen no hay nada que podamos hacer, otros dicen esta difícil, pero no hay peor batalla que la que no se inicia, están aquellos que creen que el Evangelio tiene el poder de transformar las vidas de las personas, un poder que no tiene que ver con quién eres tú, porque tú podrías excusarte y  decir soy joven sin experiencia, sin conocimiento, ni casado estoy, dirás ¿Cómo es que podemos transformar si tenemos muchas limitaciones? pero la realidad es que no eres ni tú, ni yo, ni se basa en nuestras capacidades sino que se trata de lo que Cristo puede hacer a través de nuestra vida, así en la Biblia uno puede leer de personas que transformaron cosas, costumbres, naciones, Felipe, Pedro, Pablo, hombres y mujeres de Dios que provocaron impactos. Pablo llenó del evangelio naciones, otros en proporciones más pequeñas pero provocaron transformación y en nuestros tiempos uno puede encontrar hombres de Dios que transformaron cosas, debemos ser agentes de transformación.

Reinhard Bonnke nació en Alemania en 1940 a inicios de la 2º guerra mundial, cuando esta terminó él tenía 5 años de edad, le tocó vivir las penurias de la devastación que dejo la 2º guerra mundial, se crió dentro de un campo de prisioneros, su papa no fue militar pero tuvo funciones de servicio civil para el ejército alemán y fue llevado a prisión, cuando Reinhard Bonnke tenía 9 años de edad hizo una travesura y su mamá queriendo darle una lección le dijo Dios te va castigar pero tú puedes evitar el castigo de Dios si le pides perdón y a sus 9 años creyó lo que su mama le dijo y le pidió perdón a Dios se estaba produciendo en él un nuevo nacimiento y aunque solo era un niño de 9 años nació en su corazón el deseo de ir a predicar el Evangelio a áfrica, un niño que un año más tarde recibió el bautismo del Espíritu Santo y ahora hablaba en lenguas, ahora quiere ir a predicar a áfrica, quizás pensaban es un niño y ya le va pasar, su propio padre pensó lo mismo, el siguió creciendo y estudió teología, su padre se opuso pero él tenía el deseo de ir a áfrica; por fin Reinhard Bonnke estudio, se graduó, tuvo una iglesia en Alemania, aunque su meta era áfrica después se casó con alguien que estuvo dispuesta a ir a áfrica con él a predicar, tuvo su 1º hijo él tenía 27 años y por fin fue a áfrica en 1967 llegan a un pequeño país de áfrica Lesotho, él tenía una carpa para 100 personas, predicó el Evangelio por varios años, los años pasaron y no eran muchos los que lo escuchaban; él sabía que su llamado era ser evangelista pero las personas no llegaban, la carpa para 100 personas no se llenaba. Reinhard Bonnke se deprimió ya llevaba décadas con este deseo pero hoy que estaba en áfrica no lo lograba, esta depresión le duró varios meses, en una de esas noches tristes él tuvo un sueño que se repitió 3 veces más vio un pergamino que mostraba el mapa de áfrica cubierto con un manto lleno de sangre, por 4 noches el mismo sueño, él pensó si eso era de Dios, mientras lo hacía, Dios le habló y le dijo: Yo te llamo para un ministerio que cubra todo el continente africano, este continente es uno de los continentes más grande de nuestro planeta y Dios le dijo tú predicaras en todo el continente.

Reinhard Bonnke creyó que era Dios quien lo llamaba a transformar, eso parecía una locura si ni apenas 100 personas llegaban a su carpa, pero él dijo: Si Dios me llama a ser evangelista de un continente tengo que hacer cosas más agresivas, cambiar los métodos, hacer cosas más grandes, en esos días alquiló el estadio de la ciudad, lo comento a otros pastores, unos lo criticaron, otros le apoyaron de mala gana, la 1º noche llegaron 100 personas eso tuvo que ser triste porque él alquiló un estadio pero el predicó como si el estadio estuviera lleno, así fue como noche tras noche fue creciendo el número, eso lo llevo a comprar una carpa más grande para 800 personas y comenzó a moverse, siguió creciendo, compró una carpa para 10,000 personas, se movía de ciudad en ciudad, país en país y la gente seguía llegando hasta llenar las 10,000 localidades de su carpa que mandó a construir, después mandó a construir una carpa con capacidad para 30,000 personas, los fabricantes le dicen eso no existe, nadie tiene una de ese tamaño pero el insistió y le construyeron una carpa para 34,000 personas que se pudiera desmontar y montar en cualquier lugar, esa carpa llegó a ser la carpa más grande desmontable del mundo, ese record apareció en el libro de los Guinness Records de 1984, ese día que se instaló vino un viento fuerte de esos que no hay a diario y destruyó completamente la carpa, esto fue en la década de los 80 cuando ya tenía arriba de 40 años, él dijo: No tenemos carpa y hagámoslo al aire libre y en esa cruzada llegaron 100,000 personas, el entendió que quien le destruyó la carpa era Dios y lo que él quería es que él lo hiciera al aire libre, con carpa 34,000 personas hubieran llegado y sin carpa llegaron 100,000 personas, de allí en adelante así lo hizo siempre, llegó un día donde anunció una nueva cruzada en áfrica y llegaron alrededor de 1.6 millones de personas, esto esta documentado en videos, fotografías, con solo entrar a internet y hacer la búsqueda de estos acontecimientos uno lo puede comprobar, esto sucedió con aquel niño de solo 9 años, ¿Quién habría creído o dar sentido a las palabras de un niño de 9 años? pero sea testigo Ud. De lo que hizo, él fue donde el Señor le dijo y se puso a proclamar lo que Dios había hecho con él y ahora la gente está asombrada, ahora él ha logrado escribir muchos libros también, uno de ellos se llama “fe” donde uno puede aprender mucho de lo que Dios le ha permitido conocer a este evangelista, hoy por hoy Reinhard Bonnke tiene 75 años ¿Puede una persona transformar? Sí. Por esos Jesús sabía que no perdía nada con que la gente le dijera vete; pero él sabía que les dejaba una bomba de tiempo, les dejaba el milagro hecho, les dejaba al hombre que testificaría y la gente se asombraría de lo que Dios hizo en su vida y aunque la gente no vería a Jesús verían al hombre, hoy es igual, la gente no puede ver a Jesús, pero te verán a ti que contaras lo que Jesús ha hecho en ti, el cuerpo invisible de Dios se manifestara en tu vida y donde quiera que vayas con la palabra del Evangelio, la Palabra que produce el cambio, Dios se hará presente en ese lugar y habrá transformación de lo que sea cerrare con 2 versículos que claramente declaran la capacidad de cambio que podemos provocar todo esto por la presencia de Dios en nosotros y Jesus nos lo dejó dicho en su Palabra.

Mateo 5:13 Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee. 14 »Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. 

Dios les bendiga...